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Paola Girado (Tecnnova) · Tech Transfer en Colombia

TECH TRANSFER TALKS

Esta semana en KIM inauguramos sección: ¡nace el Tech Transfer Talks! Un par de veces al mes, nuestra web acogerá entrevistas con destacados profesionales en todo el mundo en transferencia tecnológica (TT), comercialización e innovación. La primera invitada, Paola Giraldo, es responsable de TT y comercialización en Corporación Tecnnova (Medellín, Colombia), y una experta en habilitar negocios y colaboraciones a partir de conocimiento.

Tecnnova lleva ya 9 años fomentando la innovación en áreas de negocio como salud, alimentación, energía, transporte y construcción, entre otros. ¿Qué objetivos han alcanzado en ese tiempo?

Principalmente nuestra cultura de trabajo asociativo entre universidad, empresa y soporte estatal. Y también conseguir que los grupos de investigación, que antes sólo pensaban en las publicaciones, empiecen a acercarse a la creación de activos de conocimiento protegibles a través de patentes, derechos de autor, marcas y otros, transferibles tanto al contexto económico como social.

Desde luego, eso es un reto común a ambos lados del Atlántico… ¿Cómo lo han conseguido?

Presentamos a los investigadores la realidad de la industria para activar proyectos de investigación aplicada partiendo de retos tanto industriales como del estado. Y desde ahí es que los investigadores pueden proponer soluciones, como capacidades o servicios que tienen en sus laboratorios, relaciones directas con otros grupos de investigación, universidades de todo el mundo…

elan_toniMientras le hago esta entrevista, Vd. y su empresa participan como anfitriones en el congreso ELAN Network de Bogotá, en el que están presentes actores europeos como KIM. ¿Qué destacaría del encuentro?

Una muy buena interacción y participación de las instituciones, tanto latinoamericanas como europeas; los espacios de co-creación, las reuniones bilaterales y el diálogo prospectivo. Y como la agenda contempla el día uno como apertura para escucharnos y reconocernos, van a presentarse, de un lado, las capacidades de las instituciones europeas y, de otro, los retos en los que estamos trabajando en Colombia, que están en las líneas de biotecnología y TIC. Estamos a punto de presenciar un interesante match.

Hablando de interacciones, en LATAM los procesos de innovación tienen una especial sensibilidad social que no siempre vemos  o entendemos en Europa. ¿Cómo se conjuga esta sensibilidad con el negocio?

Sí, Medellín recibió el premio a la ciudad más innovadora del mundo [el “City of the Year”, impartido por Wall Street Journal y Citi Group], entre otros logros, por las escaleras eléctricas colocadas en poblaciones vulnerables, que mejoran el acceso de muchas personas a sus comunidades en la montaña. Lo que hacemos es que los gobiernos vayan muy de la mano con las empresas, para que el gobierno pueda promocionar la generación de soluciones, y sea la empresa quien logre sostenibilidad a través del trabajo con la comunidad. También tenemos en Medellín el programa Comuna Innova, que recoge los retos de personas, naturales o jurídicas en las comunas, se priorizan y se proponen para ser desarrollados a través del acompañamiento de Ruta N. Ahí nosotros buscamos empresas o grupos de investigación que apoyen la solución, se la entregamos a la comunidad, y buscamos un esquema de sostenibilidad con el apoyo de una empresa interesada.

escalerasEs cierto que en un Madrid o un Barcelona estamos lejos de este enfoque. Por ejemplo, las escaleras mecánicas para nosotros son más una comodidad que nos permite pasar de estar “bien” a “muy bien”.

Pues en Medellín son el vertebrador de una comunidad, la posibilidad de integrar a personas en las diferentes actividades económicas, culturales y sociales de la ciudad. La innovación social tiene un carácter imprescindible.

¿Hay otros retos de interacción entre Europa y Colombia?

Uno sería la ajustada disponibilidad de recursos, porque cualquier intervención son horas de profesional a cubrir, y no siempre tenemos recursos disponibles. Después, el proceso no es muy rápido, porque Tecnnova es un intermediario que recoge activos de universidades socias, por lo que cualquier decisión ha de ser consultada primero con ellas. También hay que ser cuidadosos con el idioma, conocer la sensibilidad de cada lugar… Y entender nuestros propósitos reales; nosotros presentamos los activos que vemos como oportunidad o como reto, pero encontrar el momento en que todo se alinea no es sencillo.

¿Y la gestión de la propiedad intelectual? ¿Es también diferente?

Aquí no protegemos el software por patente, lo hacemos por derechos de autor. Pero si me preguntas si eso ha entorpecido las relaciones con Europa, ¡absolutamente no! Nosotros siempre hacemos estudios de libertad de operación, y somos conscientes de que lo que queremos explotar se puede explotar sin infringir ningún derecho de terceros.

¿Cuál es vuestra experiencia actual con Europa?

Entregamos un portfolio de tecnología que fue validado por KIM, con algunas empresas que pudieran estar interesadas en los desarrollos. De esas validaciones, una salió adelante y es para la comercialización de un software que permite la cuantificación de riesgo operativo y de liquidez. La empresa no está interesada en comercializarlo en Europa, en una licencia como tal, sino en entrar en el mercado colombiano, en ser representantes comerciales en Colombia, y eso ha implicado que la relación no se haga directamente con la universidad, sino con el tercero que tiene la licencia otorgada por la universidad.

¿Qué tipología de proyectos desarrolla actualmente Tecnnova?

Como intermediarios recibimos todo tipo de proyectos, aunque la mayoría están marcados por los focos de interés de Colombia: energía, salud y TICs. Pero hay también iniciativas que tienen que ver con construcción, el desarrollo de nuevos materiales, la educación virtual, entre otros.

¿De cuál están más orgullosos?

jarabeDe un resultado de investigación y capacidad de la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín, en la que trabajamos desde 2014. Está protegida mediante patente concedida en Colombia y una en trámite vía PCT, y se trata de un procedimiento para la producción de jarabes azucarados a partir de residuos orgánicos, como almidón y celulosa. La compartimos con KIM para validación internacional, y a nivel nacional ya hemos tenido contratos con algunas instituciones para caracterizar sus materiales, licencias para compañías que tenían residuos de este tipo (verduras, harinas…), para que los procesen y cierren el círculo reinvirtiendo ese uso que antes seguramente era quemarlos o enterrarlos, y poder usarlos de nuevo hasta en un 90 % como materias primas, en concreto, como endulzante.

Impresionante. Cada vez está más claro que en Colombia existe un gran interés por la innovación. Dos ejemplos: Medellín acaba de acoger un congreso mundial de investigación, y los expertos aseguran que en 4 años el territorio tendrá 50.000 personas graduadas en innovación. ¿Este interés en el conocimiento lo vemos también en las empresas tecnológicas colombianas?

En las empresas grandes sí, son altamente innovadoras, están muy preparadas y han abonado terreno y trabajado mucho en ello. Pero la mayoría de empresas colombianas son pequeñas o medianas (aproximadamente el 80% del tejido empresarial), y no están preparadas para afrontar procesos de innovación ni abrir mercados. Para ellas, lo que se ha pensado es crear sistemas de innovación mínimos y viables. Para eso, hacemos unos procesos de acercamiento, para entender qué es innovación, cómo funciona, etc., y que logren llegar a mercados diferentes: innovación, comercialización, productos… las estrategias se están trabajando con ProColombia, la agencia que nos ayuda a abrir mercados en otros lados, los gremios y las cámaras de comercio. Queremos que sea muy paralelo, pero definitivamente hay brechas en la preparación de las empresas.

Y para acabar, ¿qué destacarías a título personal?

Para mí es muy gratificante ver el impacto de la investigación científica en las empresas, y ayudarles en su apuesta por la competitividad y la sostenibilidad. Y me gustaría recalcar que todo esto de llegar a los mercados, promocionar la innovación… se trata de un esfuerzo de país que une voluntades institucionales y particulares. ¡Los recursos han de salir de algún lado! En nuestro caso, hacemos lo que hacemos porque la agencia nacional Colciencias nos ha subvencionado 3 años seguidos nuestra gestión como Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación Regional. Estos recursos permiten que empecemos a despertar otros intereses y a movilizarlos. Es importante que la gente sepa que esto es bueno para los intereses del estado, de la empresa y de la universidad. Y es ahí donde Tecnnova cobra interés y legitimidad, generando negocios a partir de conocimiento y conectando para la transferencia.

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