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OPINIÓN

mobile_world_congress_huellas_tecnologica_barcelonaLas olimpiadas del 92 abrieron Barcelona al mundo, pero el Mobile World Congress la ha abierto a la tecnología. Un mes después del macroevento, afloran las evidencias de que la innovación ha cambiado la ciudad para siempre.

 

La última edición del Mobile World Congress (MWC) movilizó Barcelona durante una semana: máxima ocupación hotelera, nuevos trabajos temporales, famosos altos cargos directivos visitando la ciudad… Las cifras son conocidas por todos. Ahora falta comentar los beneficios permanentes del acontecimiento tecnológico, que se proyectan en lo económico, lo urbanístico y lo social.

1. Nuevos centros ‘big data’

A mediados de marzo, la multinacional de seguros Zurich anunciaba la próxima apertura de su centro mundial de macrodatos en Barcelona. Antes ya hicieron lo propio la suiza Nestlé, que anunció su nueva instalación durante el mismo MWC, y BBVA, que ha abierto recientemente su centro de análisis de datos en la capital catalana. La pionera había sido CaixaBank que, en colaboración con Oracle, ya inauguró en 2015 el Big Data CoE Barcelona. Además, desde el  departamento Empresa i Coneixement del gobierno catalán, aseguran que en breve conoceremos los nombres de otras grandes compañías que se han dejado seducir por el nuevo perfil de la ciudad.

Por otra parte, como consecuencia de esta nueva oleada, aumenta notablemente la demanda de especialistas en big datadata engineers, data scientists, project managers…–, a tenor de lo publicado en páginas de empleo especializadas. Y esto, a su vez, reporta tres consecuencias positivas para la economía de la ciudad: nuevos puestos de trabajo especializados para los locales, la creación de más de una veintena de másteres y postgrados sobre el tema en las universidades catalanas, y atracción de talento foráneo, encantado de vivir y consumir en Barcelona.

2. Metro renovado por y para el Mobile

Ocho días antes de la inauguración del MWC16, Barcelona estrenaba la línea de metro L9, nacida para unir la ciudad con el aeropuerto de El Prat. Aunque la nueva línea se llevó a cabo como requerimiento de la dirección del Mobile, la L9 ha quedado lista para ofrecer todo el año uno de los servicios de transporte más requeridos por foráneos y locales, que ya hacía tiempo que se encontraba en otras capitales como Madrid.

La tecnología ha afectado al metro barcelonés de una segunda manera: se prevé que muy pronto, en el segundo semestre de 2016, empezará a usarse la T-Movilitat, una tarjeta contactless llena de nuevas posibilidades, tanto para el usuario como para los comerciantes. El proyecto, que se anunció durante el MWC15 y cuyo prototipo ya se ha presentado a los medios, parte de la unión de CaixaBank, Fujitsu, Indra y Moventia, y supondrá la instalación de 14.000 terminales que interactuarán con el usuario, según ha informado el Departament de Territori catalán.

3. El 22@, más cerca de Silicon Valley

El MWC ha jugado a favor de la creación de una comunidad techie en Barcelona, que se aglutina en el barrio 22@, alrededor de empresas e iniciativas que explotan la economía de datos, como Imagina (Mediapro) o el mismo Mobile World Capital. Este ecosistema también cobija a otras empresas del entorno TIC, así como a una gran cantidad de startups e incubadoras que, gracias a la proyección del MWC y de la ciudad, reciben más atención de los inversores.

Por último cabe destacar las nuevas inversiones conseguidas gracias al activo papel de las instituciones públicas. Los frutos más destacables de su apuesta por el sector en Cataluña han sido el acuerdo de CaixaBank y Oracle para la constitución del Big Data CoE que hoy sirve de bastión del 22@, o el compromiso de empresas como IBM, HP y T-Systems de invertir 118 millones en el Barcelona Datacenter Cluster de Cerdanyola. Pasos adelante que, si bien aún no consiguen equiparar el fenómeno al de Silicon Valley, sí logran que Barcelona compita ya sin complejos con capitales como Berlín o Londres en la captación de nuevos perfiles tecnológicos.

En conclusión, la huella del Mobile es más alargada de lo que comentan los medios en sus apresuradas crónicas durante la semana de feria. Los beneficios de ser “capital mundial del móvil” van mucho más allá de los obtenidos en el corto plazo y trascienden de lo meramente económico hasta alcanzar una dimensión social.