KIM’s RECIPES
Cuestiones fundamentales en la valoración económica de intangibles
¿Por qué quieres llevar a cabo la valoración?
El para qué definirá el método de cálculo. Un objetivo de toda compañía debe ser obtener el mayor retorno posible de su propiedad industrial, y las estrategias para conseguirlo pueden ir desde la licencia a terceros (lo habitual en universidades o centros de investigación) o la explotación directa de los mismos. Se debe tener en cuenta que estrategias diferentes originarán valores diferentes para un mismo activo, lo que tiene que considerar a la hora de elegir un método de valoración u otro. Los motivos pueden ser Internos (análisis o actualización de la cartera de derechos de propiedad industrial, planificación de la estrategia corporativa, gestión del conocimiento de la organización…) o Externos (compra-venta de tecnologías, transferencia entre empresas, establecimiento de alianzas o joint ventures, fusiones y adquisiciones, información a socios/accionistas de la empresa, procedimientos legales o liquidación de la empresa).
¿Quién es el destinatario de la valoración?
El destinatario de la valoración puede ser desde la propia dirección de la empresa, un socio o accionista, un inversor, una entidad financiera o un potencial comprador, pero se debe considerar que el valor que finalmente se otorgue a los derechos de propiedad industrial dependerá en gran medida de quién sea el destinatario final de los mismos. Las decisiones que se tomen en base al resultado de la valoración serán, con toda probabilidad, de carácter estratégico, y servirán para determinar qué derechos de propiedad industrial se compran, venden o licencian, o se solicitan, mantienen o abandonan.
¿Qué derechos vas a valorar?
Los derechos de propiedad industrial pueden comprender desde una patente o un modelo de utilidad, hasta un diseño o una marca comercial, y pueden ser valorados individualmente o en combinación con otros. Así, algunos derechos tendrán mayor valor si se consideran conjuntamente (por ejemplo, cuando esto permita garantizar la libertad de operación) pero también puede darse la situación inversa. Del mismo modo, algunos derechos pueden tener mayor valor combinados con otros activos, no necesariamente intangibles. El conocimiento en profundidad del negocio asociado a dichos derechos es esencial para tomar la decisión sobre este punto.
¿Son los derechos suficientemente sólidos?
El concepto de due diligence es muy amplio, y puede ser realizado desde múltiples perspectivas y con mayor o menor profundidad. Aunque puede resultar costosa, una buena due diligence permite anticipar problemas y, en consecuencia, ahorrar tiempo, dinero y perjuicios. Por ello, en lo que respecta a la valoración de derechos de propiedad industrial, es más que conveniente realizar al menos una pequeña due diligence, de carácter preliminar si se quiere, pero que determine al menos el alcance, las oportunidades y las limitaciones de los derechos, así como revelar posibles deficiencias o dificultades para hacerlos efectivos. Es decir, debes asegurarte de que los derechos de propiedad industrial objeto de la valoración son suficientemente sólidos y permiten implementar la aplicación (producto, servicio, etc.) para la que están concebidos.
¿De qué recursos humanos y económicos dispones para llevar a cabo la valoración?
Hay empresas que cuentan con los recursos necesarios (departamentos especializados y profesionales con experiencia) para llevar a cabo la valoración ellas mismas, aunque no es lo más frecuente. Si eres un emprendedor o mediano empresario, o incluso una universidad o centro de investigación, es probable (y conveniente) que necesites recurrir a expertos externos. Al igual que en el caso de la due diligence, contar con una entidad o experto independiente concede mayor credibilidad a la valoración. Aunque esto no implique necesariamente un resultado más certero, es un aspecto a tener en cuenta dependiendo de a quién esté destinada la valoración. Por otra parte, en función del objetivo de la valoración y de la trascendencia de las decisiones estratégicas que se van a tomar como consecuencia de la misma, tendrás que determinar los recursos que le dedicas. No olvides que la valoración es una herramienta que, en última instancia, te tiene que ayudar a definir la mejor estrategia para tu empresa.
¿Qué método de valoración debes usar?
En términos generales, KIM propone dos tipos de métodos de valoración de derechos de propiedad industrial: los métodos cualitativos y los métodos cuantitativos. Los cualitativos dan, en base a distintos criterios, una puntuación (score) de los derechos de propiedad industrial. Se utilizan habitualmente con fines de análisis interno y de gestión del conocimiento. Por ejemplo, para evaluar y priorizar los activos que componen tu cartera de derechos de propiedad industrial, identificar cuáles son los más valiosos y, llegado el caso, descartar los menos. Se pueden utilizar también en el marco de negociaciones comerciales, para comparar diferentes activos y, en combinación con métodos cuantitativos, fijar un precio mayor o menor. Por contra, los métodos cuantitativos dan una aproximación del valor monetario de los derechos de propiedad industrial. Se utilizan cuando queremos dar un valor o precio (que no es lo mismo) a nuestros derechos de propiedad industrial. Existen múltiples métodos cuantitativos, que se pueden clasificar en función de si la valoración se lleva a cabo desde la perspectiva:
- de los costes que han supuesto dichos derechos de propiedad industrial,
- de los ingresos que han generado o que podrían generar,
- o del mercado al que se dirigen.
Como es de esperar, una combinación de distintos métodos adaptada a nuestras necesidades y objetivos será la mejor elección.